Conociendo a los tintoreros de Fez

Empiezo este blog con uno de mis países favoritos, Marruecos, y con una de sus estampas más típicas, que me podría quedar horas y horas mirando: la de sus tintoreros de Fez.

Para empezar, la propia Fez es en sí misma una ciudad que no debería faltar en ningún recorrido por este país. Se trata, como supongo que muchos de vosotros sabréis, de una de las ciudades imperiales, y probablemente sea también la capital religiosa por excelencia, igual que Rabat es la política. Cuenta con una medina verdaderamente espectacular, plagada de mezquitas y hasta de una universidad.

Justamente en el interior de esa enorme zona antigua llena de intrincadas callejuelas se ubica el barrio de los tintoreros. Es realmente difícil llegar a encontrarlo, por muchas guías de viaje que lleves contigo, así que te recomiendo que por unas pocas monedas pidas a alguien que te lleve hasta él. Solamente se puede ver desde las alturas, así que de nuevo tendrás que desembolsar unos pocos dirhams para que el dueño de una tienda o de una casa con azotea ubicada en esta zona te deje subir hasta su terraza y contemplarlo. Seguramente te darán un poco de hierbabuena o de alguna otra hierba para mitigar el olor, puesto que ciertamente las grandes cantidades de cuero y otros materiales que ahí se tiñen no son realmente agradables al olfato.

Sin embargo, estoy segura de que todo eso se te olvidará cuando veas el espectáculo de colores que se desenvuelve ante tus ojos: porque, dado que aquí se trata de teñir todo tipo de materiales, en grandes tinajas se disponen los colores, que se obtienen directamente de la naturaleza. Pueden llegar de plantas, raíces... pero todos comparten su origen cien por cien bio. Sin duda se trata de un trabajo muy duro, pero el resultado bien merece la pena, y se plasma en bolsos, mochilas y todo tipo de textiles que luego podrás comprar en el zoco.

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